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domingo, 12 de agosto de 2018

El mito de la cerveza en la lactancia materna

A fines del siglo 19 y principios del 20, era muy común encontrarse con etiquetas y publicidad de cerveza que mostraba los beneficios de la cerveza en la lactancia materna. En Chile también existen algunas tradiciones arraigadas sobre esto, como la popular malta con huevo o malta con leche condensada, que se les recomendaba beber a las madres lactantes y embarazadas.
Además de mostrarles estos documentos de la historia cervecera, me pareció interesante averiguar si esto era un mito o no.

Izquierda:
Publicidad Cervecería Nacional. Revista Caras y Caretas, Argentina, 1898.
“hasta se le puede dar al niño en la mamadera”.
Derecha:
Etiqueta de “Nutrina” de la fabrica Limache de CCU. (1910). 
"Aumenta la leche materna”
Sin profundizar mucho en el tema he podido averiguar algunas cosas que llevarían a pensar que este supuesto mito no es tal, y tendría algo de verdad. Obviamente, hay que matizar la relación entre el consumo de cerveza y el aumento de la producción de leche.
Estudios realizados han demostrado que un polisacárido presente en la malta de cebada estimula la producción de prolactina, y la prolactina es una de las hormonas encargadas de estimular la producción de leche materna al unirse a sus receptores en la glándula mamaria. El incremento en la producción de prolactina que genera el consumo de cerveza existe, pero es mínimo. En realidad, si bien la lactogénesis se inicia inexorablemente unas horas después del parto, tras la expulsión de la placenta, el mantenimiento y la cantidad de leche producida dependen del propio lactante, de su succión a demanda, ya que ésta estimula la óptima secreción hormonal de oxitocina y prolactina.

Anuncio de un periódico de Valparaíso, Chile, 1902 app.
Este bebe       este no bebe
El incremento en la prolactina proviene de la cebada, pero el alcohol de la cerveza tiene el efecto contrario. El alcohol bloquea la liberación de oxitocina proporcionalmente a la ingesta realizada, por lo que puede observarse una disminución de la producción de leche. En general, esta inhibición no suele ser preocupante por tomar una cerveza con alcohol de vez en cuando, pero obviamente el aumento en la producción de leche será nulo al contrarrestarse los efectos.
De lo anterior, podríamos deducir que la cerveza sin alcohol o extractos de malta, podrían traer algún beneficio menor para la lactancia materna.
Otros estudios, afirman que tomar cerveza (específicamente sin alcohol) más que ayudar al aumento de la leche, incrementa su capacidad antioxidante en un 30%. Los antioxidantes ayudarán al bebé a estar más sano, además de que sirven para prevenir enfermedades cardiovasculares.


Selección de etiquetas chilenas con madres amamantando. 
Fabricas Antofagasta y Limache – CCU  (1925-1930)



miércoles, 6 de junio de 2018

El Gruñidor (Growler)

Orígenes:
A finales del 1800, antes de que la cerveza embotellada se convirtiera en una práctica habitual, beber cerveza fuera del bar se llevaba a cabo mediante jarras, vasijas de cerámica y jarras de vidrio, cualquier cosa que pudiera llevar la cerveza a la casa. El envase más común era un cubo galvanizado o esmaltado de 2 cuartos de galón (un balde de estaño). Los bares no fueron los únicos que aprovecharon este negocio. Los adultos pagaban a los niños del vecindario para que "apresuraran al grumete", llenando los cubos vacíos en el bar, y llevándolos de vuelta a su oficina u hogar. A estos niños se los llamaba "niños de cubo" o "niñas de cubo". Los niños más fuertes llevaban hasta 5 cubos en un palo de madera con muescas, para obtener mayores ganancias.

¿Por qué estos cubos se llaman gruñidor (growler)? La creencia más popular, es que la cerveza gruñe al chapotear alrededor del cubo de lata cuando el CO2 escapa entre las grietas de la tapa.
Durante las décadas previas a la ley seca en EE.UU., los luchadores contra el alcohol se unieron para que se aprobaran leyes que impidieran que los “growler” se llenaran. Para 1915, 24 ciudades de EE.UU. prohibían el comercio de growler, sin mencionar a docenas de otras comunidades que restringían el uso de growlers, incluidos los niños y niñas que llenaban growlers. Así la popularidad del gruñidor disminuyó en gran medida, hasta desaparecer.



El Growler moderno:
Poco después de abrir la primera microcervecería moderna (1989) que servía solo en barril, Grand Teton Brewery, en Wyoming, Charlie Otto, uno de sus fundadores, se enfrentó a un dilema. Sus clientes lamentaban que no pudieran llevar su cerveza a casa. En respuesta, su padre le dijo "¡Necesitas algún tipo de gruñidor!"
Perplejo, Charlie preguntó: "¿Qué diablos es un gruñidor?"
Su padre recordó llenar pequeños cubos de metal en la taberna local y llevar esta cerveza fresca a su abuelo. Sabiendo que el departamento de salud podría estar más inclinado a permitir un recipiente de vidrio en lugar de un cubo de metal, Charlie avanzó, sin ayuda de nadie, logrando que los gruñidores volvieran a tener un uso moderno. En 1989 compró un pequeño shablon de serigrafia, y comenzó a imprimir el logotipo de la cervecerìa sobre unas botellas de vidrio de ½ galón. Estas botellas se llenaron y volvieron a llenar en la cervecería. ¡Y el resto, como dicen, es historia!.
Hoy en día, el uso del growler está extendido en todo el mundo, y para los coleccionistas cerveceros hay un nuevo objeto de colección.



jueves, 15 de febrero de 2018

Cervecería de Augusto Trautmann - Puerto Montt

Augusto (August) Trautmann Scharf nace en Silesia, Alemania, en 1843 y llega a Chile junto a sus padres y hermanos en el barco “Alfred” el 22 de diciembre de 1856, el cual había zarpado de Hamburgo con destino a Puerto Montt, cuatro meses antes.  Esta familia de inmigrantes recibió la chacra N° 21 en el sector de Volcán (ribera norte del lago Llanquihue). Casado con Susanna Klocker Hechenleitner en 1868, la pareja tiene 5 hijos. Luego de 7 años de matrimonio, fallece su esposa. Vuelve a casarse en 1875, con Luise Holtheuer Holthoff, con quien tiene 7 hijos más. Su vida laboral, se desarrollo principalmente como constructor. 
Entre sus obras se le atribuye, junto a Matías Doggenweiler,
la construcción de la actual iglesia Catedral de Puerto Montt, inaugurada en 1872.
Cuando comenzó con la fabricación de cervezas, el consumo estaba destinado a las siempre sedientas gargantas germanas. Tras varios años, en 1870 fundó una fábrica montada en calle “Urmeneta”, al inicio de la cuesta de igual nombre.  Augusto Trautmann tenía prestigio por la excelente calidad de cerveza Bock que servía a sus clientes.
En 1881 la transfirió a Cristian Brahm Sprenger y éste, el 1 de junio de 1911, la vendió a la sucesión Federico Guillermo Stange.
Un derrame cerebral puso fin a su vida el 7 de noviembre de 1910. Sus restos descansan en el Cementerio General de Puerto Montt.


Bibl: Centro de estudios del Patrimonio histórico de la provincia de Llanquihue, diario El Llanquihue de Puerto Montt, documentos históricos biblioteca nacional, investigación propia.

martes, 23 de enero de 2018

Cervecería Möller - Quillota

La historia de la Cervecería Möller de Quillota es bastante corta y poco afortunada para el inmigrante alemán Teodoro Möller.
Recordemos qué en Quillota, Adam Ungemach Hyner había fundado aproximadamente en 1870, una fábrica de cerveza que estuvo ubicada en Avenida de Condell con callejón Herboso (Calles Condell y Herboso, actualmente). Finalmente, esta fábrica quiebra en el año 1894, y el comerciante y agricultor José Loreto Araya, uno de los acreedores, se adjudica los terrenos y la fábrica.
En mayo de 1895, Möller forma una sociedad con Guillermo Spitta, donde aporta la fábrica de cerveza y hielo, los terrenos, edificios y maquinaría, que compra a crédito a José Loreto Araya. Tras esta fallida sociedad, al año siguiente, 1896, Teodoro se asocia con Carlos Fischer, constituyendo la empresa Möller y Cía.  Debido al mal manejo financiero, la sociedad es disuelta y se produce la quiebra un par de años más tarde. La fábrica vuelve a manos del acreedor J.L. Araya en el año 1899.