Cerrillos
de Tamaya (Voz Quechua:
El Centro), es una antigua mina y poblado, ubicado a 25 km al nor
poniente de la ciudad chilena de Ovalle,
en la Región de Coquimbo.
En Chile se produjeron diversos hitos que permitieron el desarrollo del
sector cuprífero, entre ellos, el descubrimiento que realizó José Tomás
Urmeneta (1852) de las Minas de Tamaya, lo
cual incrementó a gran escala la producción de cobre en Chile, hecho que lo situó -por primera vez- a
la cabeza de los exportadores del metal a nivel internacional. El pueblo nació
alrededor de la mina, que dada su importancia económica vio como llegaba a esta
lejana provincia uno de los primeros ferrocarriles de América del Sur, que
tomaba su ruta hasta el puerto de Tongoy, donde el mineral era procesado y
cargado en los barcos.
Bajo
esta prosperidad es donde florecieron todo tipo de comercios, incluida la importación de cerveza Alemana
hecha por don Luis Sagues. (Ver
fotografía de etiqueta de botella).-
Con el paso de los años,
el pique empezó a bajar su ley, y a mediados del siglo XX se extinguieron sus
principales vetas. Eso produjo la masiva migración de sus habitantes,
convirtiendo al poblado y sus alrededores casi en pueblos fantasmas.
Arriba: Imagen actual del valle de Tamaya.. Al lado: Al igual que en las Salitreras, el dinero era
reemplazado por fichas para compra de mercaderías.
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En la
actualidad, el desarrollo de la actividad minera en Tamaya es muy limitado, está circunscrita a los pirquineros,
quienes no pueden trabajar en las minas ni tampoco ingresar a los socavones
debido a que presentan problemas de estabilidad e inundación.
Pese a
lo anterior, en 1918 el industrial
Arturo Villalón inició y terminó la construcción de dos tranques con el fin de
irrigar una extensa zona de secano. Esto produjo una reconversión laboral,
convirtiendo a Tamaya en un valle
agrícola, que hoy incluso es utilizado para viñedos.